jueves, 20 de octubre de 2011

El volcán

He seguido con cierto interés todo lo que va sucediendo con el volcán del mar de las calmas. Como todos los canarios, supongo.
Pero ahora escribo alucinada por lo que acabo  de oir en las noiticias del canal 24h. No sé si la señorita periodista realmente está transmitiendo los sentimientos o pensamientos de la mayoría de los habitantes de La Restinga, aunque intuyo que sí por lo que he visto o leído en otros medios.


Dice esta periodista que para los habitantes de La Restinga el volcán no ha sido lo que esperaban, hablando en un contexto de pérdidas económicas del pueblo tanto por la pesca como por el turismo submarino. Lamento los malos momentos que estas personas están pasando, en todos los aspectos: pérdidas económicas, desplazamiento de sus hogares, miedo, incertidumbre, etc. Y por supuesto que hay que apoyarles en estos momentos (también apoyo económico).

Pero estoy un poquito hartita de los lamentos para chupar más del bote común. ¿Qué esperaban? ¿un  espectáculo de fuegos de artificio que los turistas pudieran ver desde la orilla y hacer caja? ¿Nos estamos volviendo estúpidos? No, nos volvimos estúpidos hace tiempo. Resulta que en lugar de dar gracias a sus dioses o a la naturaleza porque conservan la vida y por ahora no hay daños en sus casas, etc. En lugar de eso se lamentan por no sacar tajada.

Señores, cuando todo esto pase, la mancha se diluya, y se pueda volver a bucear y las estadísdicas indiquen que ha aumentado el número de visitas (debido a la expectación que todo esto ha generado) les pido que devuelvan las ayudan que hayan recibido en estos tiempos. ¿De acuerdo? ¿No, verdad? Aquí sólo estamos para llorar y pedir, que niño que no llora, no mama.

Pues eso.



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