La verdad es que es una fiesta que me deja indiferente. Pero las niñas llevan semanas con la ilusión de disfrazarse y les emociona la idea de salir de noche.
Así que dejamos de lado las consideraciones de fiesta pagana, de fiesta extranjera, de satanismos y rollos y nos quedamos con una fiesta infantil de disfraces, de enfrentarse a los miedos y reírnos un poco.
Muac, un mordisquito.
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