lunes, 15 de febrero de 2016

Visita a la Casa de Colón.

Durante las pasadas navidades se realizaron un par de días de talleres en la Casa de Colón a los que asistieron mis hijas.
De allí salieron con toda una historia de los jiribillas; unos pequeños seres que viven en el sótano de dicho museo y sus ascensores son unos túneles de aire.
Como yo no había visitado nunca este museo pensé que sería bonito que algún día ellas me lo enseñaran y aprovechamos el fin de semana del 6-7 de febrero para hacerlo ya que el Cabildo abrió gratuitamente sus museos. Y aunque sabía que el edificio es una obra reciente, visitar la Casa de Colón es hacer un viaje al pasado.



Durante el viaje que Cristobal Colón realiza por primera vez en busca de las indias orientales, arriba en Gran Canaria para arreglar el timón de una de sus naves. Se supone que en alguna de las casas que hoy forma museo, Colón presenta sus credenciales al gobernador y le solicita ayuda.

El edificio hoy en día es fruto de la unión de todas las viviendas de la manzana, alrededor de cuatro patios, en la década de 1950 al 60 y de diferentes intervenciones para darle ese aire "neocanario". El arquitecto que unió los edificios fue Secundino Zuazo, con la colaboración de Néstor Álamo y Santiago Santana (pintor de la escuela de Luján Pérez).


Se accede al museo por el patio colombino o de los hidalgos, que tiene el escudo de armas de Cistobal Colón sobre la fuente con carpas.


Este patio se abre al de armas, por el que se pasean dos guacamayos, seguidos muy de cerca por todos los niños que visitan el museo.


Todo el edificio está repleto de escudos heráldicos: podemos contar hasta veinticuatro escudos tallados en piedra que se encuentran repartidos por las fachadas, los patios, la cripta y el salón de actos. Sólo dos de ellos se encontraban ya en uno de los edificios que conforman la actual manzana.  Otros cinco fueron traídos de distintos lugares y los diecisiete restantes se tallaron para ser colocados en la nueva construcción.





El patio del pozo está formado por una arcada de piedra renacentista que proviene del desaparecido convento de Santo Domingo, destruido por los ataques del corsario holandés Pieter van der Does en el siglo XVI. En las uniones de los arcos se han colocado los escudos de los siete primeros gobernadores de Gran Canaria, todos los contemporáneos a Colón que incluso conoció personalmente a algunos de ellos; desde Juan Rejón hasta Antonio de Torres, pasando por Pedro de Vera.




El patio de la Universidad (llamado así por albergar las estancias de la sede de la desaparecida Universidad Internacional Pérez Galdós) tiene una planta baja de columnas realizadas de piedra de Arucas, mientras que la de arriba, es de madera de riga antigua, consta de balaustrada con pasamanos, columnas con zapatas y vigas que sostienen las cubiertas de tejas.





 
Además de los patios, la planta baja recoge en sus salas documentación de Colón y sus viajes,  cartografía y maquetas de barcos y castillos.



Después de recorrer los distintos patios, las niñas, entre temor y ánimos, nos hicieron a bajar a la cripta, donde se encuentra una exposición de piezas precolombinas. Todo este espacio aparece dominado por un gran pilar que es el revestimiento del pozo situado en la planta superior.  Buscamos a los jiribillas por todos los rincones, pero nada. Tan sólo descubrimos la lápida de la princesa Tenesoya y de Dña Beatriz Ventura Lorenzo de Bethencourt (hija del alcaide del Castillo de Romeral).


En la planta superior se encuentra el área de exposición permanente, con preciosos artesonados recuperados del s. XVIII y de tradición mudéjar. Aquí se expone la colección de pintura que abarca  desde el siglo XVI hasta los inicios del XX, destacando la pintura canaria, así como algunos ejemplos de la americana.





Y me queda por resolver otro misterio aún mayor que el de los jiribillas. ¿Por qué en la Casa de Colón hay piñas por todas partes? tanto piñas tropicales (ananas), como mazorcas de maiz (zea mays), que nosotros llamamos piñas también. O al menos a mí me parecen piñas.

Ambas plantas provienen de América, en 1943 Colón se trajo ananás desde lo que hoy sería la isla de Guadalupe. Para el Caribe, la piña simboliza la hospitalidad, y los españoles aprendieron que eran bienvenidos si había una piña colocada a la entrada de alguna población.

No sé si el arquitecto, junto a Néstor Álamo y Santiago Santana decidieron incluir estos motivos como recordatorio de América, como símbolo de hospitalidad, o con qué significado. El caso es que no he encontrado ninguna referencia a estos adornos. Seguro que podremos inventar algún juego como excusa para volver a visitar este museo y trasladarnos al pasado.




Para redactar este artículo he obtenido información de:
Museo Casa de Colón. Cabildo de Gran Canaria.
Guía de la Casa de Colón. Cabildo de Gran Canaria.
Un paseo por la Historia de Gran Canaria. Gobierno de Canarias.
El programa heráldico de Néstor Álamo para la Casa de Colón. Juan Ramón Gómez-Pamo y Guerra del Río.
La Casa de Colón, en Las Palmas de Gran Canaria. Es todo tuyo (iniciativa de la Unidad de Patrimonio Histórico del Cabildo de Gran Canaria). 
Las fotos son mías, tomadas con un Samsung Note 3 y editadas con Snapseed y Gimp.

1 comentario:

Borjapeich dijo...

Ey. Bonita la nota turistica-promocional de la isla. La zona de Vegueta y Santa Ana me parecio siempre una de las grandes desconocidas de la capital.
La enseñare cuando vaya para alla....
Un besazo.